Racores de lubricación
Los racores de lubricación se utilizan si deben engrasarse puntos de lubricación. Están disponibles como racor de embudo, racor cónico y con forma plana.
Racores de lubricación de KIPP
Los racores de lubricación son componentes pequeños pero decisivos en el mantenimiento de máquinas. En la construcción de vehículos, en la producción industrial o en la generación de energía: se les encuentra en numerosas aplicaciones en las más diversos campos. Los racores de lubricación también se les llama racores de engrase o boquillas de lubricación.
¿Qué es un racor de lubricación?
La importancia de los racores de lubricación en el mantenimiento de las máquinas
¿Qué racores de lubricación hay?
Los racores de engrase y sus técnicas de lubricación
Las ventajas de una lubricación selectiva
Selección e instalación de racores de lubricación
Instalación de racores de lubricación
Mantenimiento y cuidados de los racores de lubricación
¿Cuándo se emplea aceite de lubricación y cuando grasa de lubricación?
¿Cómo se impiden los atascos?
Los racores de lubricación de KIPP, una buena elección
¿Qué es un racor de lubricación?
Un racor de lubricación es una pieza pequeña, que suele pasar desapercibida, pero que desempeña un importante papel en los sistemas mecánicos de las máquinas. Su cometido es suministrar lubricantes, como grasas de lubricación o aceites de lubricación a los puntos de lubricación.
Los puntos de lubricación pueden tener una naturaleza distinta en función de la aplicación. En la industria, las boquillas de engrase lubrican piezas móviles como cojinetes, reductores o juntas articuladas. En la construcción de vehículos, se realiza la lubricación de la dirección.
La lubricación de estas parte reduce al mínimo la fricción y el desgaste de los diversos componentes. Esto se traduce en considerables ahorros de costes y menores intervalos de parada técnica.
La importancia de los racores de lubricación en el mantenimiento de las máquinas
Las boquillas de lubricación son piezas pequeñas imprescindibles cuando se trata de conservar máquinas e instalaciones. Permiten una lubricación selectiva de las piezas móviles. Los racores de lubricación tienen una función decisiva en el mantenimiento de las máquinas.
Mantienen las máquinas y las instalaciones en funcionamiento, reducen las paradas técnicas y prolongan considerablemente la duración de los equipos. La tarea aparentemente sencilla de suministrar el lubricante en el punto correcto tiene una influencia enorme en la eficiencia y rentabilidad de las máquinas y las instalaciones en numerosos sectores. Por eso, ¡conviene no infravalorar nunca los racores de lubricación en la el mantenimiento preventivo de las máquinas!
Clases de racores de lubricación
Hay distintas clases y versiones de racores de lubricación, que pueden variar en función de la aplicación. La selección del racor de lubricación idóneo depende entonces de las exigencias específicas. Algunos racores de lubricación se prestan mejor que otros para unas aplicaciones determinadas, por eso la selección tiene una importancia decisiva.
Racores planos de lubricación
Racores planos de lubricación están disponibles en los materiales acero y acero inoxidable 1.4305. Son especialmente adecuados para puntos de lubricación que necesitan un gran espacio para lubricante. Gracias a su construcción, garantiza un gran caudal de lubricante. Los racores planos de lubricación, por su robusta forma constructiva, están predestinados para usos en máquinas sometidas a grandes cargas externas .
Racores cónicos de lubricación
Racores cónicos de lubricación están disponibles en la gama de KIPP en cinco versiones distintas . Las cinco versiones cumplen la norma DIN 71412. Los racores cónicos de lubricación están equipados con una rosca cónica y por eso se prestan especialmente bien para los puntos de lubricación que hay que lubricar de forma periódica y fiable. Por su versatilidad se encuentran entre los racores de lubricación usados más frecuentemente.
- Forma A, recto
- Forma B, acodado 45°, hexagonal
- Forma C, acodado 90°, hexagonal
- Forma D, acodado 45°, cuadrado
- Forma E, acodado 90°, cuadrado
Para proteger los racores cónicos de lubricación se pueden utilizar tapas protectoras. En función del uso del racor cónico de lubricación, se pueden utilizar tapas protectoras de distintos colores. Las tapas protectoras de colores se encuentran aquí.
Racores de lubricación de embudo
Racores de lubricación de embudo son ideales para el montaje al ras o empotrado. Gracias a su diseño en forma de embudo hacen posible aplicar también de forma efectiva lubricantes en puntos difícilmente accesibles. La gama de KIPP incluye tres versiones de racores de lubricación de embudo. Todas las formas se corresponden con la norma DIN 3405.
Caja surtida de racores de lubricación
¿Necesita una gran selección de racores de lubricación? No hay problema. Con la caja surtida que ofrecemos obtendrá distintos racores de lubricación de diversas formas y tamaños de rosca.
La caja surtida contiene racores cónicos de lubricación según DIN 71412 de las formas siguientes:
Forma A, recto
25 unidades M6x1
25 unidades M8x1
15 unidades M10x1
15 unidades G1/8''
Forma B, acodado 45°
10 unidades M6x1
10 unidades M8x1
5 unidades M10x1
5 unidades G1/8''
Forma C, acodado 90°
10 unidades M6x1
10 unidades M8x1
5 unidades M10x1
5 unidades G1/8''
Racores de lubricación y técnicas de lubricación
La lubricación con racores de lubricación es un método de eficacia probada para prolongar la vida útil de las máquinas.
En la lubricación automática se utilizan los sistemas de lubricación automática. Estos emplean racores de lubricación para suministrar los lubricantes automáticamente a los puntos de lubricación. Estos sistemas están programados de tal forma que realizan las lubricaciones de forma periódica o en función de la demanda. Esto reduce al mínimo las intervenciones manuales y procura una lubricación constante.
Otra técnica de lubricación es la lubricación de aceite. Aquí, el aceite lubricante se aplica utilizando racores de lubricación. Este método está especialmente extendido en las aplicaciones con elevadas velocidades y temperaturas, como en los cojinetes y reductores.
Además de la lubricación de aceite existe también la lubricación de grasa. Esta se realiza aplicando grasa lubricante con racores de lubricación. Las grasas lubricante se adhieren bien a los puntos de lubricación y ofrecen una lubricación muy duradera.
Además de estas tres técnicas de lubricación, hay otras muchas. La elección de la técnica de lubricación y del racor de lubricación idóneos dependerá entonces de las exigencias específicas de sus máquinas e instalaciones. La selección e implementación de la técnica de lubricación es decisiva para asegurar una lubricación efectiva y fiable, así como para prolongar la vida útil de sus equipos.
Las ventajas de una lubricación selectiva
Las ventajas de una lubricación selectiva son numerosas y variadas. Una lubricación selectiva asegura que el lubricante solo se emplee en los puntos en que se requiera. Esto reduce el consumo de lubricantes y minimiza el desperdicio. Un menor consumo de lubricantes, a su vez, lleva a unos costes de mantenimiento más bajos. Porque son necesarios menos operaciones de relleno y unos mantenimientos menos frecuentes.
La lubricación se realiza con mayor eficienciaporque el lubricante se aplica selectivamente en los puntos de lubricación. Esto contribuye a reducir la fricción y mejora la eficiencia total de la máquina.
Una lubricación selectiva no solo mejora la eficiencia total, reduce también el desgaste de las piezas móvilescomo los rodamientos y juntas articuladas. Esto se traduce en una vida útil más prolongada de los componentes y de la máquina en su totalidad.
Selección e instalación de racores de lubricación
La selección e instalación correctas de los racores de lubricación son esenciales para su efectividad. En la selección deben tenerse en cuenta factores como el tamaño, el material y la aplicación. La instalación correcta garantiza una lubricación sin incidencias e impide las fugas o atascos.
Lo que se debe tener en cuenta al seleccionar los racores de lubricación
Al seleccionar el racor de engrase adecuado hay que tener presente lo siguiente:
- Asegúrese de que los racores de lubricación sean adecuados para el tamaño de rosca y el tipo de rosca del punto de lubricación.
- Compruebe la presión de servicio que vaya a tener que soportar el racor de lubricación.
- En función del entorno y la aplicación, el material del racor de lubricación puede variar. Asegúrese de que el material sea resistente a la corrosión y adecuado para el entorno de aplicación.
- Considere qué tipo de lubricación se emplea en su aplicación. Algunos racores de lubricación son especiales para usarlos con grasa lubricante, mientras que otros se prestan mejor para los aceites lubricantes.
- Compruebe si el racor de lubricación cumple certificados de calidad o cumple normas. Los racores de lubricación certificados garantizan una fiabilidad y calidad mayores.
Los pasos para una instalación correcta de los racores de lubricación
La instalación de un racor de lubricación es una tarea muy sencilla, pero en la que hay que ser cuidadoso y preciso.
Para la instalación se necesitan los siguientes materiales o herramientas:
- Racores de lubricación
- Llave inglesa o destornillador
- En función de la aplicación, grasa lubricante o aceite lubricante
- Un paño o una brocha como material de limpieza
- En su caso, material sellante
En la fase de preparación debería asegurarse de que estén limpios la máquina o el aparato en que se vaya a instalar el racor de lubricación. Elimine cualquier suciedad o material depositado en el punto de lubricación, para evitar la contaminación del lubricante.
Atornille ahora el racor de lubricación adecuado en la rosca del punto de lubricación. Emplee para apretarlo una llave inglesa o destornillador. Tenga cuidado de no apretar demasiado el racor de lubricación para que no se dañe.
Cuando el racor de lubricación esté instalado, puede inyectar el lubricante adecuado en el racor de lubricación. Esto se hace normalmente con una pistola de lubricación. Aquí es importante prestar atención a la cantidad de lubricante que recomienda el fabricante.
Cuando el lubricante se haya aplicado en el racor de lubricación, accione la pistola de lubricación para bombear el lubricante en el punto de lubricación. Se debe notar una resistencia perceptible cuando el lubricante alcance el punto de lubricación.
Como último paso, compruebe si hay alguna fuga. Si encuentra una, compruebe si el racor de lubricación está instalado y apretado correctamente. En caso necesario, emplee material sellante para eliminar las fugas.
Después de la instalación, el mantenimiento es muy importante para prolongar la duración del racor de engrase. Lo mejor es establecer un completo plan de mantenimiento.
Mantenimiento y cuidados de los racores de lubricación
Para que los racores de lubricación funcionen con fiabilidad, requieren mantenimiento y cuidados regulares. Aquí se incluye el uso de lubricantes como grasas o aceites lubricantes. A continuación encontrará valiosos consejos de mantenimiento preventivo y le mostraremos cómo evitar los atascos de forma efectiva.
Consejos sobre el mantenimiento y cuidados correctos de los racores de lubricación
- Establezca un plan de mantenimiento para el cuidado de los racores de lubricación
- Antes de la limpieza, el racor de lubricación debería estar cerca de una fuente de calor
- Utilice una pistola engrasadora para extraer la grasa antigua (después de haberla calentado y diluido)
- Limpie el racor de lubricación antes de la lubricación
¿Cómo se impiden los atascos de un racor de lubricación?
Antes de poder responder a esta pregunta, debe haberse aclarado de qué manera, en general, se ha producido la obturación de los racores de lubricación.
Las causas más frecuentes de los racores de lubricación atascados son la disgregación de la grasa y el ensuciamiento de los racores de lubricación.
La segregación de la grasa se suele deber por lo general a una grasa lubricante de baja calidad, a la falta de intervalos de lubricación, una grasa de lubricación equivocada o a equipos que llevaban inoperativos un largo periodo.
El entorno puede contribuir a la contaminación de los racores de lubricación. La suciedad, sin embargo, se puede eliminar fácilmente mediante el mantenimiento de la lubricación.
Para impedir que el racor de lubricación se obture, conviene limpiarlo antes de la lubricación. La limpieza evita presionar la suciedad dentro del rodamiento. Además hay que tener en cuenta las condiciones de almacenamiento del racor de engrase. Asegúrese de que el racor de lubricación esté protegido del agua o el polvo.
También, la introducción de un plan de mantenimiento para la lubricación impide que se atasquen los racores de lubricación.
Los racores de lubricación de KIPP, una buena elección
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